Hermandad Latina’ es una fundación enfocada en la promoción de arte que actualmente lidera diversos proyectos culturales en la ciudad de Cali, uno de ellos es el taller de salsa caleña que nació en alianza con Fundautónoma, teniendo en cuenta la música, el arte y la cultura como elementos de la vida necesarios para construir una sociedad más empática y sensible, pero, sobre todo, con paz y justicia social.  

Estos talleres, que se vienen replicando alrededor de la ciudad como parte del componente social de la escuela, buscan plantear la salsa caleña como patrimonio cultural de Colombia, para visibilizar y destacar un arte que hace parte de la identidad y la expresión de cientos de caleños, que han transmitido este saber de generación en generación y que es merecedor de ser salvaguardado.  

Esta apuesta artística tiene el objetivo de vincular a chicos entre los 7 y 15 años, interesados en las artes, para que gocen de un espacio donde la alegría y el baile son protagonistas, y tiene lugar todos los sábados, de 2:00 p.m. a 4:00 p.m., en la sede de El Poblado II de Fundautónoma. 

Una historia con ritmo 

La salsa, como muchos otros géneros musicales, nace de la conjunción de diversos ritmos afrocaribeños fusionados. El surgimiento de su baile ha sido muy controvertido, pues su origen se remonta incluso hasta la época de los colonos y la migración de esclavos, que llevaron sus costumbres y sonidos a distintas regiones de América. Desde ese entonces, la salsa y su baile han prevalecido en el tiempo, convirtiéndose en algunos lugares del mundo en un símbolo de tradición y cultura merecedor de ser salvaguardado.  

En Colombia este género musical llegó a mediados del siglo XX, desde que los ritmos cubanos traspasaron el Caribe hasta llegar a Cali, a finales de los años 50, pero solo fue hasta la década de los 70 cuando este ritmo fue adentrándose en la cotidianidad de los caleños, que poco a poco se sintieron contagiados e identificados, llevando este género a otras dimensiones en los barrios populares de la sultana, donde la forma de sentir la música y percibir los movimientos corporales adquirieron un sentido cultural diferente y muy característico de nuestra región. 

En medio de ese éxito musical que se percibía en la ciudad, más exactamente en 1978, los hermanos Leudo, Andrés y Jalver, conformaron un dúo que dos años después se constituiría como grupo; ya que varios jóvenes del barrio ‘La Fortaleza’ se fueron incorporando para que les enseñaran a bailar y a hacer buen uso del tiempo libre. Algo que empezó como un pasatiempo se transformó en un camino de esperanza para muchos jóvenes vulnerables del sector, que pudieron ver en el baile un estilo de vida sano y de gran valor.   

Este movimiento artístico siguió creciendo con la llegada de Wilmer Rodríguez y Jacque García, coreógrafos y bailarines de grandes compañías artísticas a nivel nacional, quienes le dieron más fuerza al trabajo que venían realizando los hermanos Leudo, algo que le permitió a ‘Hermandad Latina’ consolidarse como una de las escuelas de baile más antiguas y representativas del folklor urbano, en la ciudad de Cali, además, de una cantera importante de formación para otras academias de baile, en la cual se han formado 18 generaciones de bailarines desde 1978 hasta hoy. 

Desde su creación, e incluso hasta después de que en el 2005 ‘Hermandad Latina’ se constituyera como fundación de folklor urbano, esta organización ha volcado sus esfuerzos en el rescate del baile caleño incentivando su práctica y divulgando sus saberes acerca de este arte dancístico, el cual enriquece los valores culturales, tan característicos de la caleñidad. 

Por Jose D. Londoño

Informes: Fundautónoma, [email protected].